No puede haber reconocimiento sin redistribución, ni redistribución sin reconocimiento
Nancy Fraser
Desde la Consultoría Jurídica Feminista para la Equidad, queremos recomendarles la lectura del texto de Nancy Fraser: Fortunas del Feminismo. Del Capitalismo gestionado por el Estado a la crisis neoliberal (2015). Traducido por Cristina Piña Aldao. Un poco para compartir con ustedes por qué hablamos de Equidad, en la actual crisis social y económica en la que requerimos transformaciones más sustanciales e incluyentes que permitan avanzar hacia la paridad de participación en la vida social.
¿Qué hacer? ¿Podrían las feministas reorientar hoy sus luchas hacia otra interpretación de la igualdad no identificada con el individualismo del mercado, sino con la paridad participativa? Ello exigiría una doble lucha, librada en dos frentes al mismo tiempo. Tendríamos que luchar, primero, para desmantelar las jerarquías de estatus tradicionales, que impregnan la protección social de dominación e impiden la plena participación de las mujeres en la vida social. Al mismo tiempo, tendríamos que batallar contra nuevos modos de subordinación impuestos por el mercado, que intensifican la explotación laboral, disminuyen la protección social y presionan la reproducción social hasta una situación límite. (p. 14)
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El aborto libre y gratuito significa: cesar en el acto de avergonzarse de su cuerpo, poder por fin sentirse libre y orgullosa de él (al igual de todos aquellos que tienen un buen un empleo). Dejar de sentirse avergonzada por el hecho de ser mujer. Simone De Beauvoir, Manifiesto de las 343 Putas, publicado el 5 de abril de 1971.
La Corte Constitucional mediante sentencia SU-096 del 17 de octubre de 2018, reitera “El derecho fundamental a la Interrupción Voluntaria del Embarazo protege la autonomía y la libertad de decisión de la mujer que, encontrándose en alguna de las tres causales de despenalización previstas en la sentencia C-355 de 2006, resuelve poner fin al proceso de gestación humana. El derecho a la IVE pertenece a la categoría de derechos reproductivos y, por tanto, comparte su orientación, fundamento y contenido obligacional. Al mismo tiempo, al tratarse de una garantía ius fundamental, compromete en su respeto y realización a todos los servidores y órganos del Estado, a los prestadores públicos y privados de seguridad social y a los particulares” (Sentencia SU-096 de 2018, pár. 37), adicionalmente la Corte reconoce que:
Por ello la Corte advierte que pasados más de doce años de reconocido el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo y a pesar de la claridad de las reglas establecidas en la sentencia C-355 de 2006, como lo demuestra este caso, aún existe todo tipo de trabas y barreras para que las mujeres que solicitan la IVE no puedan acceder de manera oportuna y en las condiciones adecuadas, con consecuencias irreversibles o que obligan a que se practique en forma indebida con grave peligro para su salud, teniendo que acudir a la acción de tutela para lograr que se garantice su derecho a la atención debida (Sentencia SU-096 de 2018, pár. 177)
Lo que confirma que en Colombia pese a la normativa existente y concretamente en Medellín, se continúan presentando obstáculos y barreras administrativas, jurídicas y de procedimientos en las Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS), los Centros de Salud y Hospitales públicos, para que se adelante de forma oportuna, con procedimientos estándar, seguros y respetando las decisiones de las mujeres sobre su derecho a la IVE, derivado de los prejuicios de género y de una cultura patriarcal que disciplina el cuerpo de las mujeres. Simone De Beauvoir en el Manifiesto de las 343 Putas, publicado el 5 de abril de 1971, señalaba como “El aborto libre y gratuito significa: cesar en el acto de avergonzarse de su cuerpo, poder por fin sentirse libre y orgullosa de él (al igual de todos aquellos que tienen un buen un empleo). Dejar de sentirse avergonzada por el hecho de ser mujer.” Hoy 48 años después de este manifiesto, en Colombia derivado de los discursos y acciones de funcionarios que entorpecen los mandatos constitucionales y de una sociedad indiferente y con doble moral que continúan reproduciendo estructuras machistas sobre la libertad de los cuerpos de las mujeres. El aborto, es un tema que genera para las mujeres vergüenza y dolor, tiene una alta complejidad al momento de abordarlo por sus dimensiones éticas, religiosas y políticas y aún no es considerado un Derecho Fundamental, ni está totalmente despenalizado.
Como Consultoría Jurídica Feminista para la Equidad, no tenemos una visión “proaborto” o dirigida al “negocio del aborto”, puesto que el hecho de que el dolor de las mujeres se convierta en negocio es lo que más nos preocupa, ante la ausencia de un Estado eficiente que garantice la gratuidad de la IVE, el respeto por las decisiones y la seguridad física y sexual de las mujeres. Es decir, que consideramos que este tema genera una violencia simbólica y estructural que requiere visibilizarse y cuestionarse, para dar paso al Derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y su derecho fundamental a la IVE como Derecho Sexual y Reproductivo reconocido por la ONU, con lo que es una Obligación Internacional de los Estados garantizar abortos legales, gratuitos y seguros para las mujeres y niñas.
Tenemos una visión “proopción” como la dice Florence Thomas:
desde esta mirada proopción es necesario despenalizar totalmente el aborto sobre simple demanda de una mujer como una causa justa, como un reconocimiento a la inmensa responsabilidad de las mujeres, porque ellas, y solo ellas y su conciencia, saben lo que significa proyectar una vida y construir un futuro para un hijo, para una hija. (Thomas, 2018, p. 1)
De allí que hoy siga cobrando importancia la difusión y visibilización de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y especialmente las jóvenes. Su derecho a decidir y la autonomía sobre sus cuerpos como un ejercicio propio del cuidado del sí, del otro y de lo otro es por esto por lo que queremos defender, visibilizar y difundir el derecho a la IVE en condiciones legales, gratuitas y seguras para las mujeres y niñas.
(Recomendado y escrito por Elvigia Cardona)
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